Lemuria, creando el cielo en la tierra


Se dice que Lemuria fue un continente perdido—así como Atlantis— que albergó una civilización muy avanzada hace miles de años, ocupando buena parte del océano Índico, desde las costas orientales de Madagascar hasta Indonesia y llegando hasta la India; con el tiempo incluyó gran parte del Océano Pacífico. Un gran diluvio o cataclismo provocó su hundimiento y desaparición. Como consecuencia, sus habitantes, los lemurianos, huyeron a otras tierras en distintos continentes, llevando consigo sus conocimientos y tradiciones y estableciendo nuevas comunidades en regiones como Asia, América y África, donde influyeron en el desarrollo de las civilizaciones locales y en nuevas culturas espirituales. 

La existencia de Lemuria inicialmente fue propuesta por el biogeógrafo británico Philip Sclater en 1864 quien encontró fósiles de lémures en Madagascar y en la India, llevándolo a concluir que hace miles de años estas dos zonas estaban comunicadas entre sí. En 1870, el biólogo alemán Ernst Haeckel sugirió a Lemuria como la cuna de la humanidad, el punto desde el cual partieron nuestros ancestros primates, descartando a África como el epicentro de esa evolución. Años más tarde, Helena Blavatsky, la ocultista y cofundadora de la Sociedad Teosófica, afirmó que los lemurianos fueron una de las siete razas primigenias del mundo. A principios del siglo XX en la India, la idea de la existencia de Lemuria tomó fuerza en el resurgimiento de la cultura tamil. Igualmente, en California, en el enigmático Monte Shasta, se dice que habitan lemurianos y en un pequeño pueblo llamado Ramona, existe un culto a dicha civilización.  

Independientemente de la veracidad científica de los hechos sobre Lemuria descritos anteriormente, el poder espiritual y ocultista que ejerce dicha civilización sobre la humanidad, es innegable. Según la escritora y mística Rebecca Campbell, Lemuria fue uno de los lugares perdidos de la Tierra en los que el cielo era realmente un lugar sobre ella. Todos sus habitantes vivían en perfecta armonía entre sí y todos eran vistos como iguales; no solo eran profundamente respetuosos con la Madre Tierra también fueron grandes conocedores de las energías cósmicas, de la geometría sagrada, de la resonancia como herramienta de sanación, y de los cristales como objetos para canalizar energías. Recibían una educación espiritual desde muy temprano por lo que el conocimiento y las prácticas espirituales se convirtieron en ejes fundamentales, llevándolos a desarrollar una sociedad basada en el equilibrio, la paz, la cooperación y la sincronía con la naturaleza. 

Reflexionar sobre Lemuria—desde distintos puntos de vista— y sus enseñanzas a la luz del estado actual del mundo, nos brinda la oportunidad de imaginarnos nuestro propio Cielo o Paraíso, en medio de una realidad  algo distópica, que cada vez se torna más compleja a nivel social, político y económico.  Buscar espacios que nos permitan pensar en nuestras utopías,  en otros modos de existir no solo es una forma de resistencia, resulta fundamental para la propia supervivencia del ser humano. 

Curaduría: Paula Bossa

Artistas: 
Alicia Barney
Bernardo Ortiz
Camila Rodríguez Triana
Carlos Alfonso
César González
Christian Salablanca
Ícaro Zorbar & Taru Kallio
João Trevisan
Leyla Cárdenas
Liliana Sánchez
Luis Roldán
Luz Lizarazo
María Teresa Hincapié
Miguel Mesa Posada

 

Inauguración: jueves, 3 de abril de 2025